por Michael James Zuccaro
(The Jack Kirby Collector, nº 21, octubre de 1998)
Habiendo pasado mis años gloriosos en el Mohawk Valley de New York durante los sesenta, las influencias culturales más grandes de mi vida fueron estos hombres, estos artistas: Jack Kirby y Frank Zappa. En los días anteriores a los vídeos musicales y a los ordenadores multimedia, me leía los números de Los 4 Fantásticos mientras escuchaba a los Mothers of Invention preguntar: "¿Quién es la Policía del Cerebro?" o "Suzy Creamcheese, ¿qué tienes dentro de ti?"
Tenía el sistema postal atascado con mis incontables cartas de aficionado a la secretaria de Frank hasta el punto en que empezamos a cartearnos. El correo finalmente dio fruto cuando iba a la universidad en Boston e iba a ver actuar a Frank por primera vez. Ona Dunbar (la esposa del batería Aynsley y la secretaria de Frank en esa época) me consiguió un sitio para ver el ensayo de los Mothers y conocer a Frank y a su "calabaza" (esposa), Gail. Fue muy emocionante para mí conocer a este hombre cuya música había admirado durante tanto tiempo.
Avanzamos varios años hasta 1978 cuando vivía en Miami y visitaba el Miami-Con. Me acerqué a Jack y a Roz mientras Jack estaba firmando autógrafos. Cosas de la suerte, el Rey y la Reina iban a hacer un receso para almorzar y con sus maneras siempre hospitalarias, ¡me invitaron a unirme a ellos como invitado! (Como regalo extra, conocí a Neal Adams y a su familia, que estaban almorzando con los Kirby). Le había hablado a Jack de una historia que yo había escrito y —como siempre fue con los artistas aspirantes— me animó a desarrollarla.
Decidí que si iba a conquistar Hollywood, tenía que hacer las maletas y mudarme a L.A., así que eso hice. Los Kirby se convirtieron en mis "padres de la Costa Oeste" y desarrollé mi guión con Jack e intenté que Frank se involucrara haciendo la banda sonora de la película. Sospeché por los antiguos anuncios de Frank en los tebeos de Marvel que sería fan de Kirby y mi presentimiento resultó. Frank quería conocer a los Kirby, así que una noche memorable llevé a los Kirby con los Zappa. En la superficie, uno asumiría que estos artistas serían muy diferentes, pero, de hecho, eran muy parecidos. Ambos eran muy prolíficos (mirad el volumen de su obra), ambos patriotas que amaban America (Jack sirviendo en la II Guerra Mundial y Frank testificando ante una Comisión del Senado), ambos maridos devotos y buenos padres. Esa noche le dije a Frank: "Sabes, ¡ha llevado ocho años que esta noche tuviera lugar!" Sonrió y dijo con indiferencia, "Así que te gusta esto, ¿eh?" Este encuentro histórico entre dos de los mayores iconos de la cultura pop tenía que ser recogido para la posteridad, así que con mi querida Minolta con auto enfoque a cuestas, hice una foto.
Si alguien me hubiera dicho que un día, no sólo conocería a los ídolos de mi infancia sino que acabaría presentándo uno al otro, les hubiera hecho comprometerse. A pesar de los anuncios, Hollywood sigue siendo un lugar donde los sueños se hacen realidad, ¡gracias al verdadero Hombre de Arena!
Traducción de Román García Albertos