por Román García Albertos
Se sabía de la existencia del disco desde que el propio Zappa mencionara que estaba trabajando en él en una entrevista de 1993.
Entre agosto y septiembre de 1994, la familia Zappa registró en la Oficina del Copyright de los Estados Unidos seis cassettes con seis álbumes que Zappa había completado antes de morir: Dance Me This, The Lost Episodes, Trance-Fusion, Have I Offended Someone?, Varèse, The Rage And The Fury y Civilization Phaze III.
Todos han ido saliendo de una forma u otra, excepto el de Varèse y, hasta ahora, Dance Me This.
Que la familia lo iba a publicar antes o después estaba claro, y había rumores cada vez más inminentes desde el año 2001 o así. La propia Gail Zappa lo anunció para 2004, 2011, 2012 y 2013. Finalmente, el 1 de abril de 2015, llegó un mensaje informando de que se podía pedir anticipadamente a Barfko-Swill. Y allá que voy yo y lo encargo, como es mi deber. 31,40 euros.
Ese mismo día anuncian que esperan empezar a enviarlo el 1 de junio de 2015, día en el que anuncian que esperan empezar a enviarlo el 19 de junio. Pero la cosa no va más allá. Por una vez, no hay más retrasos y efectivamente empiezan a enviarlo el 19 de junio.
Ahora sólo queda esperar. Como es habitual, gente de todo el mundo va recibiendo el disco antes que yo, lo va comentando, destripando, fotografiando y subiendo a la Internet los textos y la música para que todo el mundo lo lea y lo escuche. Así que no va a haber ninguna sorpresa cuando llegue el paquete.
Mientras tanto, G&S Music, la distribuidora británica, comienza a enviar pedidos por toda Europa, así que cuando llego a Utiel (la sede mundial de Hall Of Fame Records) el 9 de julio, allí me encuentro una caja llena de copias de Dance Me This. El lunes 13 ya van llegando a España algunos de los pedidos originales a Barfko-Swill. Por lo menos el de Javier Marcote. Yo sigo esperando el mío.
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Por otro lado, llama la atención la campaña de promoción que ha hecho la familia Zappa con este disco. Desde que se anunció su salida han aparecido artículos por todas partes, repitiendo las palabras de Gail Zappa: que es el disco número 100 y que es el último. Parece que quiere decir que es el último que grabó Zappa, pero como el lenguaje de Gail es siempre ambiguo, hay quien ha interpretado sus palabras en el sentido de que éste va a ser el último disco oficial que se va a publicar.
El último. Ya no va a haber más.
Excepto que en el mismo mensaje que avisaba de que los envíos se retrasaban unas semanas, nos anunciaban también cuál iba a ser el álbum número 101: 200 Motels, interpretado por la Filarmónica de Los Ángeles en 2013. Es decir, una interpretación contemporánea de una obra del siglo pasado escrita por un compositor en estado de descomposición, como dirían Monty Python.
Ése va a ser el próximo disco "oficial". La cosa se complica.
Volviendo a Dance Me This y la campaña de promoción, es curioso que en abril se hablara del disco por todas partes y que ahora que por fin ha salido, sólo se pueda conseguir por correo y cargándose de paciencia.
En fin. Además, ni siquiera está claro que sea "el último", sino más bien, como he comentado al principio, uno de "los seis últimos". Todd Yvega, el ayudante de Zappa con el Synclavier, afirma en las notas del disco que es el último que Zappa completó antes de su muerte. Él andaba por allí, así que habrá que creerle.
Bueno, también andaba por allí Spencer Chrislu, que fue probablemente el técnico de grabación y el que hizo la mezcla final junto a Zappa. Pero me temo que el pobre Spencer no aparece nombrado por ninguna parte en la carpeta.
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Finalmente, la cartera me lo trae el viernes, 17 de julio. Abro el paquete. Con cierta dificultad. El disco es igual que los que vi en Utiel. Todo va bien.
Como ya he visto el interior en fotos por la red y ya he leído las notas del disco en algún foro, sin más dilación introduzco el posavasos en el reproductor y subo el volumen.
Ya había leído críticas y descripciones detalladas de todo el disco, pero voy a intentar escuchar con oídos frescos.
"Dance Me This" me ha gustado mucho. Una cosa sencilla, con un frase de piano insistente, muy alegre, y las voces de Tuva aportando color. El solo de guitarra, muy breve, pero muy fino, sin grandes alharacas. Difícil de bailar, pero no tanto.
"Pachuco Gavotte" comienza con uno de esos ritmos pseudo-reggae que tanto le gustaban a Zappa. Me recuerda mucho a una de Trance-Fusion, pero de momento no voy a buscar cuál. Esto se baila mucho mejor, en cualquier caso. Dejo para los musicólogos dilucidar realmente cuánto tiene de gavota la pieza.
La parte pachuca es más difícil de desentrañar. Aquí una película "pachuca" rodada en la época en que se grabó el disco, ambientada en el barrio de Los Ángeles en el que vivía Zappa cuando se estaban formando The Mothers entre 1965 y 1966.
"Wolf Harbor" me recuerda a la banda sonora del documental de Cousteau. Falta comprobar si procede directamente de ahí o es una composición diferente. Eso luego. El ambiente es el mismo. Terrorífico. Una muy buena descripción del tipo de desastres que provoca en la naturaleza la avaricia humana.
Hay quien interpreta esta música como la que sale de la mente de un compositor que sabe que se está muriendo, pero a mí me parece más bien la que sale de la mente un ser humano enfadado por lo que sus congéneres le están haciendo al planeta, a sabiendas de que lo están matando. Es decir, pesimista, sí, pero no por su propio futuro sino por el de todos.
Pero, en fin, la misma especie que lo ensució es también capaz de limpiarlo.
Volviendo a la música y a sus diversas partes, de momento "Wolf Harbor" es lo que más me recuerda a Civilization Phaze III, especialmente a algunas partes de las composiciones más largas o cosas como "Drums Are Too Noisy" y otras piezas basadas en la percusión.
A lo largo de las diversas partes, la textura y el timbre van cambiando. Las partes II y IV son más percusivas, la III más "acuática", la V más de percusión afinada, por así decir, pero todo funciona como una pieza continua.
Con "Goat Polo", bastante más bailable que lo anterior, vuelven los tuvanos y las melodías y cambios armónicos reconocibles. No sabemos si los tuvanos practican este deporte, propio de las estepas asiáticas.
"Rykoniki" es muy breve y muy rítmica, y quizá podría haber aparecido sin mayor problema entre las piezas de Jazz From Hell.
"Piano" es en principio lo que su nombre indica, una larga composición para piano, repleta de momentos muy interesantes. Encuentro ecos de "N-Lite". Supongo que una vez que había conseguido ese gran sonido de piano con su máquina, tenía que aprovecharlo.
Por otro lado, el pianista Matts Öberg recuerda haber grabado algo en casa de Zappa hacia 1991, pero es difícil saber si lo que grabó se utilizó de alguna manera.
Y acabamos con la célebre "Calculus", con Anatoli Kuular (parece ser) de protagonista y con Todd Yvega utilizando algoritmos para conseguir que la línea de bajo y la batería se vayan adaptando a los cambios de tempo de la voz de Anatoli Kuular. Muy divertida y muy refrescante para acabar el disco, después de la intensidad de algunas de las piezas anteriores.
Y ya está.
El tiempo lo dirá, pero yo creo que lo voy a oír bastante. Pero, claro, a mí es que me gusta mucho Civilization Phaze III. De hecho, esperaba que se pareciera aún más a ese disco, y me ha sorprendido gratamente que por momentos sea tan diferente.
No tiene mucho sentido jugar al "qué hubiera pasado sí...", pero coincido con Yvega en que este disco hubiera tenido mucha más trascendencia si se hubiera publicado en 1994 o 1995. Veinte años más tarde es un trozo de historia perdida que hemos recuperado, pero vivirla en su momento hubiera sido lo mejor.
Ahora, a esperar noticias sobre el de Varèse...
© Román García Albertos