Páginas 10-16
Ediciones Marazul
Barcelona
D.L.: B-11416/1958
Gracias a Vicente Baños Galindo
(PARODIAS)
(Dedicado a mi buen amigo y mejor artista, Juanito Valderrama.)
Bajo la triste sombra de un Ciprés
se ve un reseco hueso de esqueleto humano,
y cuando andas, pisas con los pies,
el Peroné y la Tibia de tu propio hermano.
El viejo paredón del Cementerio,
por donde va enroscándose la yedra
semeja en una noche de misterio
su cuerpo, al que se enrosca una... ¡(Lagarto)!
Por eso yo quisiera eternamente
cambiar la realidad por la ilusión
haciendo caso omiso de la gente.
Mas no es así, pues todos «Palmaremos»
sin que se salve Hormiga ni León,
y todos a la nada volveremos.
Emilio el Moro
Esta poesía no está grabada en discos.
H. Montes y F. Codoñer
Vestida de colorines
bebiendo una palomita,
en el bar que hay en la esquina
estaba la pobre Rita.
De sus greñudos cabellos,
su ronca voz de aguardiente,
y su cuerpo desgarbao
yo me prendé locamente.
Con su mirar incitante
y su cínica risita,
a poco yo conseguía
prendarme de aquella Rita.
Las gentes cuerdas del barrio
comprobaron que la Rita
para los hombre «chalados»
era una mujer maldita.
Me la miré fijamente
y la encontré tan bonita...
que en un carro de basura,
que pasó, tiré a la Rita.
Discos «Columbia»
J. Tejada, H. Montes y J. Sánchez
Está lloviendo en el campo,
en el campo está lloviendo,
mamita mía, voy a mojarme.
Y no hay un arbolito,
y no hay un arbolito,
mamita mía, pá cobijarme.
───
Y no es que yo en el monte
con este tiempo tema mojarme.
Lo que me da más «jinda»
es que a esos tipos
de los Mulero, voy a encontrarme.
Porque...
Son los cuatro Muleros,
son los cuatro Muleros,
mamita mía, «mu» esaboríos
porque hace cuatro meses,
porque hace cuatro meses,
mamita mía, que no han comío.
Al de la mula torda
es al que más le temo
por ser un sanguinario...
¡Ay!, ya me equivocao,
el de la mula torda
es el más guapo y afeminao.
Discos «La Voz de su Amo».
H. Montes y F. Codoñer
Con el capote que se compró
de cuarta mano, en la trapería,
Juan Manuel, con alegría,
ante su esposa se presentó.
Por el capote, tan viejo,
no vean la que se armó,
pues la mujer, indignada,
así exclamó:
Pavero, Rastrero, Embustero,
¿en esto gastaste el dinero?
¿no ves que el precio aquí no está marcao,
del mes de agosto, que es lo ordenao?
Pavero, Rastrero, Embustero,
no quiero te engañen otra vez,
vuelve el capote al trapero
y compra un viso «pá» tu mujer.
───
Ruge la esposa de indignación,
con aquel viso que le ha comprao,
pues lo trae colorao
y a ella le gusta color salmón.
Suena la hora suprema
cuando aquel viso probó
y de estrechito que era
lo reventó.
Discos: Odeón
H. Montes
Puerto de Santa María,
no sé qué tienes, qué tienes.
Puerto de Santa María,
que al que no paga la fonda
lo busca la policía.
.........
y el que se baña en tu playa
encuentra el agua muy fría.
───
Te llama tó Andalucía,
Cáiz, tacita de plata,
te llama tó Andalucía,
y una taza de Avecrem
te mantiene «toito el día».
.........
Te mantiene «toito el día»
no sé qué tiene, qué tiene.
Entre todas las rosas
y los claveles
te encontré una mañana
como tú eres
desgalvada y picada
por la viruela,
como era en sus tiempos
tu pobre abuela.
Discos: Columbia
Valverde
Por ser amigo de mi tío Antonio
yo me enteré de lo que ocurrió;
en juerga se vió la Dolores,
liá como una colifló.
Una coplita andó por España
pregón de infamia de una mujer.
Y el nombre de aquella maña
se dió para comer.
La Dolores de la Copla
me dijo mi padre un día
era alegre pero fué buena
y sin trabajar comía.
Si vas a Calatayud (bis)
pregunta por quien tú sabes
una copla la mató
de vergüenza y sofocones,
y es que te lo digo yo
que fui vecino de ella.
Dicen al mozo de la taberna
cuando en la calle lo ven barrer
tú sabes muy bien quien era
Dolores la del cuplé.
El la quería con alma y vida
mas sus cariño la estranguló,
y no supo limpiar el suelo
porque no tenía Mistol.
Copla que vas dando muerte
con el alma te maldigo;
fuiste dolor de mi madre
pero te equivocas conmigo.
Si vas a Calatayú (bis)
pregunta por la Dolores
y en la prenda de su amor
en el moño ponle flores;
y es que te lo digo yo,
que soy hijo de la muerta.
F. G. de Val
Larillurilolololiro
Vicks-Vaporub.
Cuando siento una guitarra
me dan ganas de cantá.
Ayer tarde yo cantaba
en lo arto de una higuera
y los higos se reían (bis)
de verla el cuerpo.
¡Ay! qué bonita que es mi suegra
qué bonita cuando duerme
que rezo todos los días
pa que nunca se despierte.
Qué bonita que es mi suegra
qué contento y qué alegría
y qué feliz me voy a quedar
cuando la coja un tranvía
y la parta por la mitad
entre trigales verdes.
Al escondite jugaba
mi suegra con el sereno
y los vecinos se asomaban (bis)
a que se fuera más lejos.
¡Ay! Mi Ispania tierra querida
aunque no te conozca
te quiero más que a mi vida
y era un jardín sonriente
con trigales verdes.
Discos: Odeón y Columbia
Capó
Discos: Odeón
Que se quede el plato sopa sin estrellas
y que pierda la morcilla su sabor
pero el blanco de tus ojos que no muera
que parecen dos bolillas de alcanfor.
Son tus labios como borde de lebrillo
y tus dientes son fichas de dominós
tus orejas más pequeñas que las habas
y cuando te hablo no me entiendes ni pa dos.
Me importas tú y tú y solamente tú
ojos blancos con dos nubes
que amenazan un gran temporal
me importas tú y tú y nadie más que tú.
Si al casarme yo contigo no viniera
a la iglesia tu lindísima mamá
cobraría el arco iris sus colores
y por tanto el ancho mar su inmensidal.
Que se queden los estancos sin tabaco,
que procesen a quien fume un ideal
que se dé facilidad a los cerilleros
porque a mí nada me importa lo demás.
Y otro en el mundo no hay,
yo probé muchos licores
y otro en el mundo no hay
«pa» curar el mal de amores,
como el licor «Calisay»
el mejor «pa» cantaores.
Encontrándome en Bombay
caí enfermito de amores
encontrándome en Bombay,
y «pa» aliviar mis dolores
bebí licor «Calisay»
y sobraron los doctores.
───
En la calle Echegaray,
fué una mañana en Madrid
en la calle Echegaray
donde yo la conocí
y la invité a «Calisay».
No hay mejor licor «pa» mí.
───
Porque volar no podía,
vi un pajarito piando
porque volar no podía,
y me decía llorando
que hacer un «pipí» quería
y yo le estaba estorbando.
───
De San Vicente a Gerona
desde Lérida hasta Reus
de San Vicente a Gerona
no hay quien cante más gitano
como canta mi persona
cuando tiene cuatro copas.
Galano
Discos: Odeón
Sortija de lata ¡ay!
vida tuya te voy a comprar
y una esmeralda de mentira
te voy a regalar.
Si te doy esto cásate conmigo
una vez me dijiste que sí, que sí, que sí
con mi hermano, sí; conmigo no, ¡ay! que no
compañera compañera yo pego un salto
y me subo a una silla
y con un limón amarillo
te espero en la Fuentecilla.
Ca vez que te veo descalza,
por la orillita del río,
con los deos llenos callos,
sabañones y torcía.
¡Ay! la morita del Banamá (bis)
Toas la noches te espero
comiendo pan y aceitunas
a ver si algún día cambia
la rueda de mi fortuna.
Tolón, tolón, qué vaca más gorda
que tú eres un tostón.
Estás consumía ¡ay! vida tuya
por mi peluquín
y en la boca ¡ay! vida mía
yo te pongo un fusil.
¿Por qué no vienes si te llamo
al 42 83 92? Que dos, que dos,
que no, que no, que no,
con mi hermano sí ¡ay que sí!
Compañera compañera
yo pego un salto
y me subo a la silla
y con unas tijeras de sastre
te voy a cortar las almídolas.
Quintero, León y Quiroga
Discos Gramófono
Si en el firmamento poder yo lo tengo
esta anemia mía lo mismo que un pozo
estaría chupando de noche y de día
los cuatro barrotes de tu calabozo
Si yo fuera rey de la luz eléctrica
del aire y del mar
mil sacos de púas
yo te clavaría pa tu libertad
Ay pena penita pena, pena,
pena de mi corazón
que me corre por las piernas, piernas
lo mismito que un jurón.
es lo mismo que un nublado
de tinieblas y pedernal,
es un burro dislocao
que no sabe donde va.
Hay patatas fritas, chiclé americano.
Yo no quiero palmas, dinero ni flores,
quiere que me dejen llorar tus pisadas
y estar a tu lado, cariño del alma
bebiéndome el vino que a ti te sobre.
Me duelen los ojos de tanta bebida,
¡qué asco de mí!
¿Quién tiene la culpa de mi borrachera?
Mi tío Agustín.
Es también un desierto de tierra
cemento y arena
es mi cárcel y un penal
¡ay! penal,
¡ay! penal,
Puerto de Santa María.
Letra: Montes
Tu corazón ataría
a la cola de mi perro
tu corazón ataría
y en lo más alto de un serro
con papas lo guisaría
que sería un buen almuerso.
───
Que tú serías mi mujer
yo le prometí a tu mare
que tu serías mi mujer,
pero me salió tu pare
y asustado eché a correr
al ver la porra, compare.
───
Y un finísimo bombón,
si tú eres una monada
y un finísimo bombón,
tu mare es una pesada
y tu pare es un melón
que tiene mala tajada.
───
Dale que dale, mujer
dale que dale al pandero
dale que dale, mujer
a ver si me das dinero
y nos vamos a comer
que de carpanta me muero.
───
Por si me fuera a tocar,
no juego a la lotería
por si me fuera a tocar.
Prefiero que tú, arma mía,
por mí puedas «currelar»
porque yo me cansaría.
Un homenaje a Emilio El Moro