Editorial Alas
Barcelona
D.L.: B-21.4146/1965
Gracias a Vicente Baños Galindo
Filósofo de la risa y malabarista de la copla, Emilio Giménez (Emilio EL MORO), con su desconcertante ironía plena de humanidad, se apodera de la voluntad de los espectadores, sometiéndolos al hechizo de su gracia fina y cálida.
Poderoso elemento comercial dentro de los grandes espectáculos folklóricos, su nombre es garantía de un magnetismo fabuloso hacia las taquillas.
Su ardiente temperamento meridional imprime a su carácter una sencilla campechanía, que es el imán portentoso con el cual se apodera de las masas enfervorizadas por su arte de maravilloso mimo.
Es tal la personalidad artística de este «fenómeno» del salero, que ya su nombre, en España, es una verdadera institución. No es preciso pronunciar el sobrenombre EL MORO para que todo el mundo «flamenquista» sepa quién es EMILIO. Cuando un artista llega a este punto de popularidad en su carrera es que ha marcado ya el signo que le conduce hacia la historia del Teatro Español y costumbrista, como gloria definida dentro de su estilo.
Emilio el Moro, como hombre particular, es el compendio de la sencillez, y éste es uno de los soportes de su enorme popularidad, dentro y fuera de España.
J. ARROYO
Condercuri - Sciammarella
Todos queremos pan,
Todos queremos pan,
Todos queremos pan,
si es con manteca mucho más.
El pobre ya compró
la tele y el sofá,
y la mujer no come
por que no quiere engordar.
Estribillo
El que tiene un piso
quiere tener dos,
el que tiene "Vespa"
quiere tener un fox.
El que tiene trampa
sigue haciendo cuenta,
por ver si revienta
el que le fió.
Todos quieren sumar,
todos quieren sumar,
todos quieren sumar,
sumar, sumar, sumar
y no restar.
La vida es un cuplet,
el mundo es un tostón,
veremos quién se salva
si es que aprietan el botón.
Cuando ocurra esto
nadie querrá más,
y con dos batatas
se conformará.
Con tantos inventos
como ahora hacen,
si tiran la hache,
todo sobrará.
Estribillo
J. Arroyo
Nadie mejor para bordar canciones
llenas de gracia y picardía,
que aquel que sabe y puede,
con la sal de Andalucía,
dar un jipío con arte y valentía,
o decir berreando lo que quiere.
En sus manos la guitarra
es chicharra o es tesoro,
porque heredó de los moros
la gracia y la fantasía
de oriental algarabía,
con su barullo y aquel,
que igual baila con los pies,
un baile por bulerías
con la guitarra al revés.
Con su traje bien cortao;
su fez y su voz de oro;
el mundo se ha conquistao
con su arte, Emilio El Moro.
Cabello-Solano y Freire
Doce cascabeles lleva mi camella
por los arenales,
y cien litros de agua le he metio,
en la panza
pa que no se acabe.
Y el camellito que va delante
le mueve el rabo que es muy tunante,
y mi camella que es solterona,
sale saltando como una mona.
De las palmeras buscan la sombra
los dos se rascan con las jorobas,
pero a las siete de la mañana
los despertamos con una escoba.
Trece camellitos tiene mi camella
detras de una mata,
tengo que matarle por lo menos uno,
porque es mala pata.
La caravana sigue adelante
por el desierto tomando el sol,
como la madre no tiene leche,
los voy criando con pelargon
ya no quedan doce
que se han muerto cuatro
por la carretera,
quien me mandaria comprar una camella
que estaba soltera.
Monreal
Mantillas esta empeñando el mujerio
Roberto ya llegó a la Maestranza
revienta de calor en el graderio,
y alguno hace sombrajo con dos mantas
Sale el becerro que anuncian
como un miura,
salta en la arena empujando a su matador,
pero Roberto que solo es un caradura,
tropieza con el capote
y mató al becerro de un coscorrón.
Tiene un pañuelo
la novia de Roberto,
la novia de Roberto,
tiene un pañuelo
tiene un pañuelo
con cuatro picauras
con cuatro picauras
y seis agujeros
y seis agujeros.
Llorando está la novia de Roberto,
las lágrimas ya corren por el suelo,
lo llevan en camilla como a un muerto,
más blanco que las manos de un calero.
Las sevillanas se matan por los tendios,
ninguna quiere perderse la operación,
y los doctores con dos ruedas de pepinos
le operan con mucho tino
para quitarle pronto el chincho.
Se ha cortao el pelo
lo mismo que los Biters
lo mismo que los Biters
se ha cortao el pelo
se ha cortao el pelo
y va cantando yencas
y va cantando yencas
de pueblo en pueblo
de pueblo en pueblo.
Tejada
Desde San Roque a Bilbao
vengo por toda la orilla,
con mi lombriz y mi caña,
por ver si pesco una anguila.
yo amarro toos mis anzuelos
con el cordón de un corsé
pero los peces me dicen: Emilio
te... calé.
Las sardinitas que listas son
en seis semanas he pescado dos.
Desde Palencia me llaman,
desde Pamplona también,
las de Tarrasa me dicen,
pero cuando pesca Vd.
si pa coger una merluza
tengo que estar mas de un mes,
la agarro de vino tinto
y duermo como un maqués.
R. Salazar - L. Gómez - M. Pinto.
Tengo un perro lucero
que es mi ruina,
me ha dejao el gallinero
con dos gallinas.
A la escuela a mis niños
acompañaba,
y le hincaba el colmillo
a too el que pasaba.
pero una noche intranquilo
pa que no ladrara mas,
le endiñé tres cuarto kilo
de morcilla envenená.
No siento los dineros
que me costaron,
sino el poco veneno
que le juntaron.
Y a pesar del tormento
de su agonia,
su rabito con guasa
se le movia.
No soy un tirano;
no soy un gamberro;
que lleva to el verano
ladrando el perro.
Yo ya estaba contento
tengo testigo,
pues en todo momento
dormi tranquilo.
Y a pesar del tormento
que está pasando,
mi mujer cuatro perros
me está criando.
No soy un tirano;
no soy un gamberro;
pero estare todo el año,
matando perros,
matando perros.
A. Quintero y M. Gordillo
Unos dicen que en Hungrçia;
otros dicen que en Carmona;
y tu madre yo diria
que debió nacer en Pamplona.
Y por eso cuando inventa
se acuerda de los encierros
y nos ha puesto en la puerta
en vez de timbrá un cencerro.
Con tu madre no hay quien pueda,
que se vaya con el cuento
de que es que le dan ataques,
cuando viene a paso lento
como una gata salvaje
en una mano el cuchillo
y en la otra la sarten,
tu mare esta como un grillo
y ahora mismo cojo el tren;
yo no aguanto más locuras
pues tu mare es una mezcla
de saltillo con miuras
con que vente con lo puesto
pa Bilbao o Extramaura.
Hay quien dice y asegura
que tu mare ya esta vieja,
el llavero en la cintura
y un tapón en cada oreja;
pero el día que ella diga
se acabron las pamplinas
nos cuelga a toos de una viga
y se quea tan tranquila,
porque yo ya no me fio
cuando dice doña Quina;
que tu mare está en sus cinco sentíos
no te dije que era cuento
y que sigue majareta?
y en cuanto tenga un momento
va a picarme pa croquetas;
otra vez tiene el cuchillo
la cuchara y la sarten
que se pinche en el ombligo
si se quiere entretener.
Puedo darte mi palabra,
que no aguanto ni un momento,
que la tripa a mi me abra,
conque aguanta tu a tu mare
porque está como una cabra.
R. Freire
Ya llegó la serafina
la serafina llegó
viene desde Constantina
con una prima que es de Alcorcon.
No crean que son estudiantes
ni vienen a ver Madrid,
son dos catetas tunanetes
que se han venido para servir.
Salen del vagón
llenas de carbón
y con treinta bultos,
luego en la estación
con tanto achuchón
no ganan pa sustos.
Dan la dirección
que es la doña Sol,
y dan con las señas
que es una pensión
donde van las dos
pa lavarlo too,
ya son madrileñas.
La prima siempre delante
refriega sin descansar,
pero ella que es más tunante
busca la forma de no hacer na,
la niña quie ser artista
de esas de marca mayor,
por imitar a Sofía,
no cabe nadie en el ascensor.
Siempre en el balcón
para ver pasar a los estudiantes
y en cada rincon no entra el escobon
desde hace tres martes.
Vete del balcón
porque es la ocasión
que te ves de dueña,
vas a parar al vagón,
con la de Alcorcón
y ya no serás
mujer madrileña.
Gardel y Romero
Yo no te obligo tomate un trago,
pues he cobrado la paga del mes,
y a los amigos siempre les pago,
por si algun día no tengo con qué.
Bebe conmigo aunque se empaña
de vez en cuando mi vaso al beber
será que lloro porque estas tapas,
tienen cebollas para pará un tren.
Si los gatos conversaran
ellos mismos te dirián,
de que modo la quería
con que fiebre la encontré,
le puso penicilina
y en farmacia me he gastado
todo lo que había ganado,
entre yodo y farmapen;
y hoy al verla envilecida
y a otros brazos entregada
le pegué cuatro patadas
y del pelo la arrastré,
y te juro Juan María,
no consigo convencerme
de que todavía esté viva
y con ganas de comer.
Vente conmigo ya no hay mas trago,
de las mujeres mejor no hay que hablar,
todas amigo tienen mal pago,
pues todo a plazo lo quieren comprar.
Sigue un consejo no te enamores
y si a la vuelta te toca pagar,
yo pago esta noche yo pago esta noche
como un conejo corre y no llores,
que se te alcanzan ya me contaras.
Gardel - Le Pera
Yo adivino el parpadeo
de un quinque que alla a lo lejos,
va macando mi retorno,
es el mismo que alumbraba
con sus pálidos reflejos
del corral al comedor,
y aunque yo quise cambiarlo
no tuve nunca para un contador.
La vieja calle donde había dos piedras
con mi biscuter yo me la tragué,
bajo el burlón mirar de dos serenos
que con indiferencia me vieron caer.
Volver con frente partida
la nieve y el barro
llenaron mi sién.
Sentir que mis dientes caían
y una muela empastada
que me puse aquel día
se que la encontraon
después en Almería.
Vivir con las piernas tronchadas
por culpa del golpe que yo me pegué.
Tengo miedo del encuentro
con mi novia Catalina,
si me ve de esta manera
y aunque ella es tuerta y coja
y más fea que una cortina
de las que hacen de una red.
¡Pero el viajero que huye
estoy seguro que yo voy a ser;
y aunque no puedo correr ni tres metros
y en eso estamos los dos;
y si ella quiere llevarme a los altares
tendrá que ser saltando como un gorrión.
Volví de casarme en la ermita
los niños del pueblo decían de tó;
sentir que ya toda la vida
tendré que estar con mi suegra,
cuidando de las gallinas,
ordeñando la cabra
y cuidando de la cocina;
vivir con la coja y su madre
maldito sea el golpe
que un día me pegué.
Peñaloza - Filiberto
Caminito ya el tiempo ha pasado
desde que aquel día nos vistes marchar,
que aquí estuve yo,
he venido sin ella otra vez,
pa contarte lo que es descansar.
Caminito, que entonces estabas
cubierto de barro y lagartos al sol,
carretera muy pronto serás,
porque ya te han metido un tractor.
Desde que se fue
que bien vivo yo,
gracias a un amigo
que se la llevó.
Desde que se fue
nunca me escribió,
pues no quise darle
ni mi dirección.
Caminito te acuerdas la tarde
que me perseguía su hermano el mayor,
no le digas que he vuelto a pasar,
que es más bruto que un boxeador.
Caminito cubierto de piedras
treinta contratistas te van a arreglar,
y en tu asfalto no quiero caer,
cuando el bestia me venga a buscar.
Me voy para Aranjuez,
con un camión,
pero nunca digas
que aquí estuve yo.
Si ella va a volver
ya no estaré yo,
que esté con su madre,
que fue quien la parió.
La luna se está peinando
entre las cañas del río
y un pavo la está mirando
en una charca metío
Cuando llegue la triste mañana
que la luna se marcha del río
el pavito se da cuenta entonces
que se estaba quedando arrecio
Ese pavo enamorao de la luna
que de noche canta triste
clu, clu, clu, clua.
cuando cierran todos los bares
a la una
con su llanto a nadie deja
descansar
los vecinos del poblao
se despiertan
y lo buscan con estacas
preparaos
si lo cojen ese pavo no
lo cuenta
ese pavo de la luna enamorao.
La luna viene esta noche
con una bata teñía
y el pavo de estar en el agua
ha cogío una pulmonía
en los baches de la carretera
dónde caben tres o cuatro
elefantes
se ha metío la luna entera
se ha metío la luna lunera
con el pavo y quieren casarse.
Ese pavo enamorao de la luna
que una mula le ha pegao una patá
con los ojos como huesos de aceituna
y le ha puesto campanario
el Mayoral
los romeros de los montes
le arañan la frente
los chiquillos lo persiguen
con una alpargata
y el pavito que es bravío
y muy inteligente
dos varillas de paraguas
parecen sus patas
y una vaca distraída
le pisa la cara.
Le Pera y Gardel
Barrio sin faroles y sin lunas
rumores de canales tus calles son lagunas,
hay un fuelle que se siente
desde la fragua de enfrente,
mientras que la Enriqueta
tiesa desde el balcçon,
espera coqueta que un majareta,
le hable de amor.
Barrio, barrio,
que tienes las piedras sueltas
y estás hecho un barrizal,
pena tengo
de estrenar mi traje nuevo,
porque lo voy a manchar;
viejo barrio
perdonad que si tu alcalde
no te tapa el socavón,
y al rodar el empedrao,
dos turistas la han diñao
y otro medio se mató.
Cuna de pulgas y ratones
de broncas y de gamberros,
y puestos de melones
en tus muros con mi acero
yo grabé más de mil nombres.
Rosa voy para la esquina,
vente rubia Margot,
y en la primera cita,
la tía Frasquita nos sorprendió.
Barrio, barrio,
que tienes cerradas las puertas
en cuanto suenan las diez
pena tengo de meterme por tus charcos
porque se mojan los pies;
si algún día piensa ponerte
por tus puertas lapiazul,
yo te juro que me voy
con mi moto pa aparcar,
por lo menos al Perú.
Padilla y Dets
Dicen que la gente en Cai
para bailar a compás,
se templan con aguardiente
hecho con agua del mar.
Y por eso tienen todos
esas maneras tan finas,
porque alimentan el arte
con la sal de las salinas.
Estribillo
Agua, aguita salada;
Agua; aguita caliente;
Agua; que los Gaditanos,
Agua, dan al aguardiente.
El aguardiente de Cai
todo el que puede lo bebe,
porque en seguida lo siente,
en la planta los pinreles.
Y cuando sienten la copla
que dice se amarra el pelo,
eran los tirabuzones,
atados con hilo negro.
J. Arroyo
Existe una guerra fría
entre Córdoba y Jerez,
por ver quién manda en el cante
entre la tribus calés.
Jerez tuvo a Manuel Torres,
que mandó en la seguiriya,
y la Pastora Pabón
fue la reina de Sevilla.
Adivine usted, adivine usted,
el cómo y el cuándo,
quién tiene el poder
cuando está cantando.
Adivine usted, adivine usted,
si la seguiriya ha nacío en Jerez
o nació en Sevilla.
Si no es verdad lo que dicen
en Jerez los cartujanos,
la cosa estaría en Sevilla,
en poder de los gitanos.
Pero pese a quien le pese,
aunque le cueste trabajo,
el secreto de los cantes
está del cuerpo pa abajo.
Perelló - Montorio
Dicen los versos famosos
mi carta que es feliz,
pues va a buscaros;
pero el poeta y sus fueros
no supo que carta o giro,
no llegará a su destino,
si no la lleva... el cartero.
Yo no maldigo mi suerte
porque cartero nací;
aunque me duele el juanete
yo tengo que repartí;
no me da envidia el dinero
que en los giros se me entrega.
Yo soy el mejor cartero
del pueblo de Trebujena,
del pueblo de Trebujena;
bajo a la calle cantando
porque sé que en el portal,
la Petra espera la carta
del recluta Nicolás...
y aunque es la que yo camelo
echo al viento mi cantar.
Soy cartero y como el sueldo
no me llega ni a la quincena,
sólo quiero que llegue pronto
el aguinaldo de Nochebuena;
soy el cartero que adivina
todas las señas,
aunque la escriban con la pluma,
de una cigüeña.
Compañero yo ya tengo
cuatro callos en cada deo,
y al sonar el timbre quiero
repetirle a la criada soy... el cartero.
Billetes, billetes verdes
pero que equivocación.
Hay muchos que tienen miles
y nunca salen de prisión;
A todo el mundo, señores,
quiero darles mi consejo:
No enseñen billetes verdes,
que ahorrar es lo primero.
Y si quieren ir al fútbol
y se agotan las entradas,
te vas derechito al parque
y te paseas con la criada.
Billetes, billetes verdes
pero que odiosos son.
Los enseñas en cualquier sitio
y te echan la maldición.
Conocí a un pobre muchacho
que era feo y jorobado
enseñó billetes verdes
y hoy está hospitalizado,
pues encontró a una muchacha
que hay miles por ahí
con la tranca de una puerta
le reventó la nariz.
Billetes, billetes verdes,
es una calamidad,
para presumir con ellos
nunca tienen que faltar.
Si te cansas de ir andando
en bicicleta o en tranvía,
no enseñes billetes verdes
que te lo quitan enseguida.
Si la radio se te para
y no tienes distracción,
te vas al bar de la esquina
y verás televisión.
Billetes, billetes verdes,
pero qué malitos son
por culpa de uno de ellos
tuve yo una indigestión.
Pa que quiere nuestra suegra
esos malditos billetes
si siempre tienen las hijas
que le dan to lo que quieren.
Y si un día te levantas
y te pones a dar gritos
con tus billetitos verdes
serás menos que un mosquito.
Billetes, billetes verdes
eso no vale pa na
y si no sabes llevarlos
te llueve la bofeta
y en la ruina quedarás,
y no servirás pa na.
Pasodoble
Parodia
Emilio «El Moro»
Me ofrecen correr el mundo entero
desde Aranda de Duero hasta Ciudad Real,
y a cambio me piden un puchero
de patas de cordero y carne «congelá».
Porque estuve comiendo judías
con morcilla, tocino y lacón...
y la Concha, que es vecina mía,
lo vio y en seguida con guasa cantó:
Estribillo
Ni se compra ni se vende
el buen aceite de oliva,
ni se compra ni se vende,
y aunque nadie lo conciba,
hoy vale mucha panoja
el buen aceite de oliva,
el buen aceite de oliva
lo cambian por el de soja.
El día que tú me conociste
recuerdo que cogiste una hermosa «tajá».
El susto le diste al dios Baco
y oliste amoníaco como una «condená».
Te ofrecieron un viaje a la China,
te cegaste por un chinarrón...,
yo te dije: «Cuidado, Catalina,
no vuelvas con granos que allí hay mucho arroz».
Estribillo
Ni se compra ni se vende
el cariño de la suegra,
ni se compra ni se vende.
Porque nos deja sin blanca
y luego nos trae la negra...
y la sangre nos enciende,
ni se compra ni se vende
el cariño de la suegra.