Editorial Alas
Barcelona
D.L.: B-16370/1969
Gracias a Vicente Baños Galindo
Con sus graciosas parodias este gran artista ha logrado colocar su nombre en la cabecera de los grandes artistas, siendo sus actuaciones éxitos rotundos.
¿Qué es un dentista?.— Es el señor que come con los dientes de los demás.
¿Y un turista?.— Un vagabundo con dinero.
¿Y qué es un vagabundo? — Pues un turista sin parné.
¿Qué es un smoking? — Es el pijama que se ponen los señores ricos para ir a dormir a la Opera.
¿Qué es la Opera? — Una exposición de alhajas, joyas y otras zarandajas que se ponen las señoras, que son las únicas que no se duermen.
¿Qué es un futbolista? — Un millonario con pantalones cortos.
¿Qué es una babosa? — Es un caracol deshauciado de la casa.
¿Qué es un señor formal? — Es una persona que, por ejemplo, nos cita a las cinco menos cuarto, para ir al cine, y se enfada si llegamos con 10 minutos de retraso.
¿Y un acomodador? — Es lo contrario, el que se alegra de que lleguemos al cine con diez minutos de retraso.
¿Qué es una utopía? — Es difícil de explicar, es algo así como un sueño irrealizable, una visión del paraíso, es algo imposible de comprender, es... es... es... "una suegra cariñosa".
¿Qué es una mina de carbón? — Es el trailer del infierno.
¿Qué es un trampero? — Pues un cazador que pone diariamente lazos y trampas, y sale diariamente a cobrarlas.
Perdone, he dicho UN TRAMPERO, no un DITERO.
¿Qué es un concierto? — Pues una reunión de señores, tocando todos a la vez, y un maestro que, subido en una tarima, tiene una palmeta en la mano para amenazar al que no toque.
¿Por qué tocan todos a la vez? — Para despertar a otra reunión de personas que están durmiendo en la sala.
¿Y los despiertan?— Sí, pero sólo cuando dejan de tocar, y entonces los despertados tocan mucho las palmas para que no se duerman los de la orquesta, que han quedado derrengados.
¿Cómo murieron los de la orquesta que iban tocando en el barco que se hundió de pronto? — Murieron con las notas puestas.
¿Qué es un taxi? — Eso que vemos con abundancia cuando no lo necesitamos y que luego se pierde, cuando tenemos que ir a la estación con el tiempo justo.
¿Qué es la RENFE? — Lo que dicen sus iniciales. RE significa retraso, la N, como todos sabemos, Nacional, y la FE, que es fetén.
JIMENEZ Y VENTURA
Parodia de Emilio El Moro
No vendas más tu conciencia
y reparte ese dinero
no vendas más tu conciencia.
Deja de ser usurero
que te vas a "quear" más tiezo
que el bastón de Baldomero.
Que tenía mucho dinero
y la miseria se lo comía,
que tenía mucho dinero.
La gente lo maldecía,
y en una caja de pino
lo vi pasar el otro día.
Lo que vi esta mañana
me va a quitar el sentío,
lo que vi esta mañana.
Un caracol en el río
enamorando a una rana
casi borracho perdío.
Qué desgracia fue la mía
el día que te conocí,
qué desgracia fue la mía.
Pa despedirte de mí
te subiste en un tranvía
y todavía te estoy esperando.
Parodia de Emilio El Moro
De paja ha de ser la cama,
de pencas la cabecera
y las mesitas de noche
de dos cajones de vela.
Ay, ay, corazón por qué no amas.
Tú no me haces la cama
ni sacudes las esteras,
te voy a mandra de un revés
más allá de la frontera.
Ay, ay, corazón a ver si te largas.
El día que a ti te maten
que sea de treinta guantazos,
y yo cerquita de ti
pa sujetarte los brazos.
Ay, ay, corazón cómo me amas.
De comer quieres potaje,
de postre dobles bananas
y vivir lejos de mí
en Cordobita la llana.
Ay, ay corazón y esto se acaba.
Tu madre tuvo un deseo
antes que nacieras tú.
Quería tomarse un buen plato
del doble caldo Starlux.
Pero mira cómo beben
tus padres en el río,
pero mira cómo beben
haciendo eses y torcíos.
Beben y beben
y no dejan de beber,
están todos perdidos
sin poderse entender.
Tras duro peregrinaje
llegan al portal por fin,
y tu padre se tumbó
en un colchón Picolín.
Tu padre que estaba helado,
más helado que un ciprés,
pero pronto le pasó
con el coñac 103.
Pero mira cómo beben
tu padre y tu tío,
pero mira cómo beben
que está el barril vacío.
Beben y comen
y no dejan de beber
pasando Nochebuena
tendrán que devolver...
Tu padre se fue pa Egipto,
pero en la burra no irá
porque le tocó un 600
en la quiniela Persán.
Los pastores son
los pastores son
los que no conocen
la calefacción.
El Niño pudo observar
que una pastora sufría,
avisó a Mario Cabré
y fue reina por un día.
Los pastores son
los pastores son
los que viven siempre
fuera de la población.
Tu madre y tu tío Andrés,
cuando llega Navidad,
quieren cantar villancicos
en alta fidelidad.
Los pastores son
los pastores son
los que beben siempre
vino tinto en un porrón.
Allá arriba en un monte muy alto
hay veinte pastores jugando al billar.
Pastores venid, pastores bajad,
porque es Nochebuena y hay que tapiñar.
Allá abajo en el río hay dos mulos,
se han bebido el agua y se puede pasar.
Pastores venid, pastores bajad,
vamos a dar la lata a to el que quiera paz.
Pa los pollos, conejos y pavos
el mes de diciembre siempre fue fatal.
Pastores venid, vamos a matar,
que es nuestra costumbre
siempre en Navidad.
Si los pavos supieran la fecha
se morirían antes de la Navidad.
De Agustín Lara
Parodia original de Emilio El Moro
Granada, tierra soñada por mí,
yo en su feria vestío de gitano
dos burros vendí.
Por mangar buñuelo pa mi tía
me siguió del puente a la Gran Vía
to los churreros de all.
En Granada perdí yo una entrada
para ver los toros
y un par de gemelos
muy falsos que le compré a un moro
y un callo rebelde
y muy gordo cubierto de trapo
que estuve toda la mañana
saltando y brincando
lo mismo que sapo.
Fernanda, yo quiero llevarte
una cosa graciosa,
no tengo en mi traje diez duros
pa un ramo de rosas.
Te llevo leche de pepino
que aquí está barata
y verás cosa buena.
Fernanda, tu cara está llena
de arrugas y pecas
de tomar el sol.
Parodia original de Emilio El Moro
Esta mañana te ahorcaste, corazón,
en la casa por fin reina ya la paz,
y porque no me avisastes,
porque yo pude ayudarte
para darte el estirón.
No quisiste aguantarme y resistir,
me quitastes también esta ilusión.
Y ahora te has quitao la vida,
ni aun así estarás tranquila
cuando vayas al panteón.
Es la historia del amor,
siempre igual, siempre igual,
que nos hizo padecer
y al final para na.
Yo no entiendo esta vida,
no se hace más que deber,
las trampas son más oscuras
aunque no tengas mujer,
este es el caso de tos.
Es la historia del jamón
que también es igual,
nadie lo puede comprar
ni aunque sea Navidad,
hace falta una quiniela
y que la paguen muy bien.
Ay que vida más tirana,
no se puede ni comer,
este es el caso de tos.
Fandangos original de Emilio El Moro
A una mujer conocía
que me llenó de dinero,
a una mujer conocía,
ella sigue pregonando
vendiendo su lotería
y yo le sigo comprando.
Porque allí no hay faldas mini
me gusta Torremolinos,
porque allí no hay faldas mini
las suecas por los caminos
van luciendo sus bikinis,
y qué bikinis, amigo.
No eches piropos a nadie,
que te puedes equivocar,
no eches piropos a nadie.
Ayer besé a una morena
y me di cuenta muy tarde
que era un tío con melena.
Le dijo a la olla expré
una sartén muy tirná,
le dijo a la olla expré,
No presuma con tu pito,
que yo también me sé hacer
mis papas con huevos fritos.
Parodia original de Emilio El Moro
Café amargo tú me das,
café amargo sin colar.
Pretendes que un visón
no tiene ya valor.
No, no, no, no vayamos a empezar
el melón.
Café amargo bebo que parece té,
café amargo lo mismito que el rapé.
Tan harto estoy de ti
que amarrada a un adoquín
sí, sí, sí, sí vas al fondo del Guadalquivir.
Y llegarás hasta el fondo,
Felisa, que eres un tostón,
y te undiré de costado
para hacerte padecer.
Amor, ya estás en alta mar
y esta vez no vuelves más,
para mí será el visón
que tu madre pagará.
Acaso un día se lo coma con arroz.
Café amargo tú me das,
café amargo tú me das, café, café, café.
Parodia original de Emilio El Moro
Tres sordas hay en Sevilla,
Salud, Carmela y Leonor,
y el que conozca estas sordas
verá un cocktail Molotof.
(Coro)
El que quiera un amor,
que se case con Carmela,
nunca dice que no
por temor a la sordera.
Esto es verdad,
eso conviene,
porque el que escucha
siempre aprende.
(Coro)
El que quiera este amor,
que se deje de morcilla,
pues Carmela es peor
que un porrazo en la rodilla.
Las otras dos son más tontas,
Salud la guapa y Leonor,
pero siempre están alerta
por si viene un preguntón.
(Coro)
El que pida un jamón
sin mover pa na la lengua,
pues que mire a Leonor
y ella enseñará una pierna.
Esto es verdad
y no conviene,
porque el que mira
es el que pierde.
(Coro)
El que quiera un amor,
que lo piense despacito,
la Salud y la Leonor
hacen daño sin dar ni un grito.
Esto es verdad,
dice su madre,
si no lo crees
puedes casarte.
(Coro)
El que quiera un amor
que se deje de pamplinas,
que se vaya al Japón,
que no hay tanta disciplina.
Letra: Emilio Jiménez
Música: Campoleón
Con la gracia y el salero
y el arte mejor del mundo
nos dio Castilla un torero,
Angel Castaño ¡Batanero!
La seriedad de su lidia;
valor y arte soberano,
Andalucía siente envidia
del torero castellano.
(Estribillo)
¡Batanero!... ¡Batanero!...
grita la plaza en clamor,
¡Batanero! Es siempre el grito
con que se aclama al mejor,
Angel Castaño. El artista
que presentía la afición.
Su embrujo no hay quien resista,
porque enciende el corazón.
II
Impávido con la muerte
que sus alamares ronda,
juguetea y en cada suerte
la emoción prende más honda.
¡Batanero! ¡Batanero!
grita ronca la afición,
ni el Guerra ni Joselito
causaron tal emoción.
Jerónimo Cruz
Con paraguas y alpargatas
se hacen grandes caminatas.
Con zapatos salen callos,
juanetes yojos de gallo
que te dan sudores fríos
y te producen desmayos.
Cuando vayas al oculista
no te lo pierdas de vista.
Y si juegas a las quinielas,
juega siempre con Manuela,
que es una chica muy lista,
hija de un maestro escuela.
. . . . . . . . . . .
Si vas en camello
por el desierto
y te encuentran vivo
es que no has muerto.
El que chanela,
el que chanela,
"atrinca" los catorce
a las quinielas.
Tango de C. Maroni y M. Rodríguez
Parodia original de Emilio El Moro
Si supieras
que aún dentro de casa
conservo aquel perrito
que compré para ti,
quién sabe si supiera
que nunca lo he pelado,
ya come bacalado
acordándose de ti.
Sus amigas ya no vienen
ni siquiera a olfatearle,
nadie quiere consolarle
en su cajón.
Desde el día que te fuistes
siente angustia en su rabo,
dime por carta qué has hecho
del pobresito león.
Cual catarro abandonado
y sin sol por la mañana,
me asomé por la ventana
nos costipamos los dos.
Y aquel perrito compañero
que daba saltos de alegría
al verme solo el otro día
también me mordió.
Si supieras que escondido en la casa
conservo aquel garrote
que compré para ti,
que bueno no supieras
que nunca lo he olvidado,
lo tengo siempre a mano
si vienes por aquí.
Con las ciencias que adelantan
con éxito pavoroso
lograrán poner al hombre
hasta el corazón de un oso.
Yo esto no lo pongo en duda
y quizá pronto suceda
que vayamos a la Luna
con base en la estratosfera.
Chiquitico, chiquitico,
chiquitico te vas a quedar
si algún día no muy lejos
a la Luna vamos a viajar.
Si ese día, vida mía,
llega pronto me casaré,
y a la Luna en viaje de novios
pasaremos la luna de miel.
Las agencias de los viajes
para los recién casados
cuando se viaja a la Luna
se van a ver defraudados.
Los novios hacia Mallorca
o a París luego no irán,
que irán a Marte o Saturno
en una nave espacial.
Qué bonito, qué bonito,
qué bonito va a ser el viajar
para visitar la Luna
en un vuelo feliz y espacial,
pero mientras esto llega
y el milagro lo podamos ver
viajaremos en auto y en coche
y en el feliz traqueteo del tren.
E. S. Discepolo / J. de Dios
Parodia original de Emilio El Moro
Decid, por Dios, qué me has dao,
que estoy jorobao,
voy andando al revés,
como pepinos asaos,
y me gustan al perder,
vegetariano no soy
y era guapo ayer,
no le temí a un león.
No ves que estoy de prestao,
cansado y averiao
como un mal motor.
Te vi pasar con tu boca llena
de higos y cebollas,
no te hartas jamás,
que no hice más que verte y oler
a abono, a queso, y no de Gruller.
Ya tengo la mosca detrás de la oreja
de aquel pasao un día en El Ferrol,
no más te falta para completar
venirte conmigo también a viajar.
Ayer en vez de matar
de miedo a cobrar
me puse a correr,
te vi en la sombra empiná,
de miedo hasta grité
si yo nunca me rajé
te vi como un tren
y me puse a llorar,
dime, por Dios, qué me has dao,
que estoy remachao
igual que un sincel.
Te veo dormir de noche a mi vera
con ese pijama a rayas na más,
que no hice más que verte y saltar.
Del cuarto a la calle
y un coche me cogió,
no me has dejado nada en la carter
de aquel trabajo que hice en Mataró,
na más te falta para completar
meterme en la caja
y llevarme a enterrar.
Parodia original de Emilio El Moro
No hablemos del amor, ni una vez más,
que todo no es verdad en nuestra vida,
no pares ni un momento,
las horas ni los días,
y hablemos de comer y nada más.
Hablemos de jamón y de salchichón
de la primera vez, que reventamos,
acércame ese plato
y sentado en la alfombra
hablemos de comer y nada más.
Qué nos importa, qué nos importa,
aquella gente que va dentro del metro
y no ve más que tierra.
Qué nos importa, qué nos importa
toda esa gente que viene y que va
metida en sus coches
sin ver dónde aparcar.
Hablemos de comer y de beber,
de la primera vez que nos hinchamos,
acércame tres platos y mucho bicarbonato
y hablemos de comer ynada más.
Qué nos importa, qué nos importa
aquella gente que mira la tierra
y no ve más que guerra,
qué nos importa, qué nos importa
toda esa gente que por no engordar
va por el mundo sin comer.
Qué nos importa,
no hagamos queso de nadie
y corta jamón
y de postre turrón.
Perelló/Montorio
Dicen los verson famosos
mi carta que es feliz,
pues va a buscaros;
pero el poeta y sus fueros
no supo que carta o giro,
no llegará a su destino,
si no la lleva... el cartero.
Yo no maldigo mi suerto
porque cartero nací;
aunque me duele el juanete
yo tengo que repartí;
no me da envidia el dinero
que en los giros se me entrega.
Yo soy el mejor cartero
del pueblo de Trebujena,
del pueblo de Trebujena;
bajo a la calle cantando
porque sé que en el portal,
la Petra espera la carta
del recluta Nicolás...
Y aunque es la que yo camelo
echo al viento mi cantar.
Soy cartero y como el sueldo
no me llega ni a la quincena,
solo quiero que llegue pronto
el aguinaldo de Nochebuena;
soy el cartero que adivina
todas las señas,
aunque la escriban con la pluma,
de una cigüeña.
Compañero yo ya tengo
cuatro callos en cada deo,
y al sonar el timbre quiero
repetirle a la criada soy... el cartero.
R. Freire
Ya llegó la serafina
la serafina llegó
viene desde Constantina
con una prima que es de Alcorcón.
No crean que son estudiantes
ni vienen a ver Madrid,
son dos catetas tunanetes
que se han venido para servir.
Salen del vagón
llenas de carbón
y con treinta bultos,
luego en la estación
con tanto achuchón
no ganan pa sustos.
Dan la dirección
que es la doña Sol,
y dan con las señas
que es una pensión
donde van las dos
pa lavarlo too,
ya son madrileñas.
La prima siempre delante
refriega sin descansar,
pero ella que es más tunante
busca la forma de no hacer na,
la niña quie ser artista
de esas de marca mayor,
por imitar a Sofía,
no cabe nadie en el ascensor.
Siempre en el balcón
para ver pasar a los estudiantes
y en cada rincon no entra el escobon
desde hace tres martes.
Vete del balcón
porque es la ocasión
que te ves de dueña,
vas a parar al vagón,
con la de Alcorcón
y ya no serás
mujer madrileña.
Gardel y Romero
Yo no te obligo tomate un trago,
pues he cobrado la paga del mes,
y a los amigos siempre les pago,
por si algun día no tengo con qué.
Bebe conmigo aunque se empaña
de vez en cuando mi vaso al beber
será que lloro porque estas tapas,
tienen cebollas para pará un tren.
Si los gatos conversaran
ellos mismos te dirián,
de que modo la quería
con que fiebre la encontré,
le puse penicilina
y en farmacia me he gastado
todo lo que había ganado,
entre yodo y farmapen;
y hoy al verla envilecida
y a otros brazos entregada
le pegué cuatro patadas
y del pelo la arrastré,
y te juro Juan María,
no consigo convencerme
de que todavía esté viva
y con ganas de comer.
Vente conmigo ya no hay mas trago,
de las muejres mejor no hay que hablar,
todas amigo tienen mal pago,
pues todo a plazo lo quiern comprar.
Sigue un consejo no te enamores
y si a la vuelta te toca pagar,
yo pago esta noche yo pago esta noche
como un conejo corre y no llores,
que si te alcanzan ya me contarás.
Un homenaje a Emilio El Moro