A la playa. A bañarnos. Al Cabo de Gata. Todo el camino con la canción de Pepe Da Rosa metida en la cabeza, "desde el Cabo de Gata, hasta Finisterre, hay que ver la gente cómo está con JR".
Fino nos lleva a comer a un chiringuito de playa que es como estar en casa, en lugar de tener las salsas y esas cosas en la mesa de al lado, tenemos insecticida y desinfectante, una lavadora, etc.
Tocamos en el Charco, un chiringuito de playa con un escenario en mitad de la arena, donde hace poco ha tocado el gran Artemio. Charlamos un rato con el dueño. Montamos y nos vamos dando baños. Dicen que hay algas que pican, y es verdad, unos salimos más escarmentados que otros. Las olas, tremendas. Un buen baño, sí señor.
Llega la hora de cenar, y nos vamos a... ¡sí, otro chiringuito! ¡Lo habéis adivinado! Mientras cenamos, en la oscuridad vemos una sombra moverse entre las dunas... es Pilo, que ha venido a vernos. Se ha traído a Ana, a Jucha y a Elena. Ya hay pandilla.
Después viene la hora de la actuación, y después de la hora de la actuación nos quedamos por allí. Aparece la chica del malentendido del día anterior con su novio (supongo). Hola, fea. Hola, monstruo. Pues se está muy bien aquí en la playa esta y en este chiringuito. Ponen buena música. Y hay futbolín. Me hago socio de uno y hacemos un equipo de los buenos. Somos imbatibles. Casi. Bueno, aquí se está muy bien, pero habrá que irse a casa antes o después. Pues nos vamos. Continuará...
Román.